En las playas de la prestigiosa isla, en el Archipielago los Roques, el musculoso y bien parecido Alfonso, rondaba la costa en busca de lo que mas queria, las mujeres, ellas eran su especialidad, su trabajo, un salvavidas mas, este no distingia de razas, procedencias, ni edades, pero si en ciertas especificaciones, mujeres flacas y esbeltas dominaban su repertorio, a la semana podia ligar con 5 mujeres distintas, pero nada como su record del verano del 2008, 15 fue su marca, era un hombre del cual su mente estaba envuelta en banalidades como fiestas, gimnasio, su cuerpo y por supuesto, las mujeres, eran su unica forma de vida. No tenia intensiones de estudiar o superarse.
Su cuerpo era su fuente de trabajo, narciso al fin, un joven de caracteristicas trigueñas de 1,80 metros de altura, ojos marrones, cabello negro, un sarcillo de diamante en su oreja izquierda y un tatuaje de una serpiente en su espalda, hacian este personaje unico y reconocido por los pobladores de esta isla. Las mujeres no podian resistir sus encantos, su facilidad de crear empatia con ellas con sus palabras era algo asombroso, no habia hora en la cual Alfonso no perdiera la oportunidad de darle su tarjeta a una chica, para el era simple diversion algo natural. Una holandesa, una alemana, y par de argentinas habian acariciado sus sabanas blancas dias anteriores, siempre se las salia con las suyas, en fiestas, restaurantes, hoteles, iban por cuenta de aquellas desafortunadas mujeres, que ya por años habia pulido su don, todo esto se vio cegado por una noticia repentina recibida en el consultorio de la Doctora Perez. Portador de una enfermedad terminal, quiza como karma de sus lujuriosas aventuras, noticia que se esparcio por toda la comunidad, dejando a Alfonso en las tinieblas, sin amigos, sin mujeres sin animo. Su figura atletica se transformo, por el abandono de los esteroides que por años eran esclavos sus musculos. Se le veia quieto, sumido en una profunda tristeza, arrepentido...
Todavia se le puede ver en su casa, viviendo de las donaciones de sus pasadas mujeres adineradas, esperando su final, en aquella hamaca a orillas de la playa
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