En las salas de un centro comercial muy famoso de la capital de la ciudad de un país suramericano, se pasean sin cesar de un lado a otro las personas, como un puñado de hormigas en un banquete de codicia, en busca de simplemente cosas, mirando de vitrina en vitrina, en busca de ofertas, artículos que no necesitan, solo con el fin de deshacerse de ese dinero trabajado, creándoles un aire de felicidad, como si eso los hiciese realmente aquello.
Mientras tanto un vigilante de cuarenta y ocho años apostado en una esquina como estatua viviente, pasea su mirada por el lugar para detectar irregularidades, es pisado y tropezado infinidad de veces, quizá por su retina pasan cinco mil personas al día, un escaner de malicia.Al otro lado del establecimiento, los niños corren por los largos pasillos, en pisos superiores los novios pasean agarrados de las manos, en los sótanos, los carros se apostan uno lado del otro en formacion de combate, por los ascensores se ve subir y bajar mercancía, unos cuantos calzados, en una pequeña tienda la encargada se asicala con precaución, y todo surge una y otra vez día por día, en ciclo equilibrado, entra gente sale gente, la luz es encendida luego al final se desvanece en la oscuridad, las puertas bajan al final de la noche, y los escurridizos limpiadores transforman aquel lugar en visitable para el dia siguiente.
Se inicia un nuevo ciclo, 16 horas labor se avecinan según lo previsto, a eso de las 4pm de un sábado cualquiera, todo continua en la linea de rectitud, un grupo de boy scouts deseosos de comprar sus equipos, ingresa al recinto, seguido por un grupo de futbolistas extrangeros con deseos de comer y un grupo de bailarines quienes participaran en una presentación especial del centro comercial, la cual sera suspendida.
12 minutos después el caos es total, gente corriendo en todas direcciones, personas aplastadas por la multitud, peleas aisladas donde los golpes asotaban los pómulos contiguos, destrozos millonarios, saqueos indiscriminados, disparos que penetraban de piel en piel, y diez mil sospechosos, las cámaras no lograron determinar el origen de aquella locura, las investigaciones finales después de los interrogatorios interminables sugirieron que el alboroto se origino en 4 sitios distintos de local entre las cuatro en punto y las cuatro y 2 minutos.
Al pasar de los años no se ha enjuiciado a él o los responsables de la muerte de 14 personas, la indemnización de los heridos, las perdidas mil millonarias, y el sin fin de delitos cometidos en el lugar de encuentro preferidos por los habitantes de la capital.
El C.C. Costello sigue cerrado hace ya 3 años y el estado sigue en demandas con los dueños de la empresa, y aquel vigilante de mediana edad sigue sin trabajo, aunque con nuevos ingresos.
sábado, 29 de mayo de 2010
lunes, 24 de mayo de 2010
Acorralado
¿Que es lo primero que pensarías tú, si te digo que estas en un cuarto cerrado con un desconocido, pero siendo él un asesino en serie?, pero; ¿ese sentimiento cambiaría si te dijera que es un santo sacerdote? O ¿que tal si te digo que son ambos? ¿A quien le creerías? Al supuesto asesino o a mí, un afamado detective de la brigada especial de asesinatos en serie de la capital de Argentina.
Pues aquí comienza este recorrido, tú querido lector, una simple persona común y corriente, frente a un sacerdote quien alega ser inocente de asesinar a 14 creyentes entre los años 2000 al 2010. Y tú te preguntaras ¿como llegue yo a estar frente a esta persona?, pues fácilmente.
Te encontrabas solo en tu casa, un viernes pasadas las siete de la noche, cuando bajabas a la cocina a tomar un sorbo de agua, y al encender la luz, asoma el reflejo de una persona detrás de la cortina, llevaba una sotana negra, doblaba tu altura, su cara expresaba cansancio y el sudor robada por su frente, te pareció haberlo visto antes, quizá en un matrimonio o bautizo familiar, éste se abalanzo sobre ti, arrodillándose y jadeando, pidió que lo ayudaras, tú receloso, diste un par de pasos atrás y pusiste tus dos manos al frente como creando una barrera impenetrable, al mismo tiempo dándote cuenta lo desprotegido que estabas.
Algo sofocado, gritaste ¿Quién eres?. El respondió con continuos, ¿ayuda, ayuda, necesito tu ayuda por el amor de dios?.En ese momento ¿que hubieras hecho?.Pues se te ocurrió la brillante idea de ayudarlo. Con cierta desconfianza le indicaste que se mantuviera lejos y que le explicases que estaba pasando.
El dijo, ¡estoy siendo perseguido por la policía, hay una equivocación, me confunden con otra persona!. Y hay te siguió engatusando con sus palabras. Par de minutos mas tarde llamaste a tu abogado para ayudar a aquella persona, en ese momento caes en conciencia y algo desconcertado, decides llamar a la policía, acción que no fue bien vista por aquel hombre, quien se lanzo sobre ti quitándote el teléfono de la mano, y tras un largo forcejeo y numerosos gritos, logro amarrarte a una silla, te llevo al estudio de la casa, apago la luz y cerro el par de puertas que poseía aquel cubículo. He hay tu frente a frente con él.
En ese momento el silencio se vio aturdido por las palabras de ese desconocido, te susurro al oído, ¡tenía que hacerlo, era la única forma la cual me creyeras, yo no soy un asesino como ellos dicen, tienes que creerme solo soy un servidor de dios, yo no quiero hacerte daño, necesito irme de aquí, algo de dinero, quizá otras ropas, y salir de esta ciudad hasta que todo se aclare y se pueda develar la verdad!.
Terminado de escuchar aquellas palabras, el hombre salió de la habitación, cerrando la puerta a su paso, y se dirigió a buscar algo de dinero y cambiarse de vestimenta, unos minutos pasaron hasta que las sirenas comenzaron a retumbar a lo lejos cada vez mas cerca. Estancándose en un lugar de la calle. Un parlante difundió una voz algo seca. “Soy el Detective Roger, salga de hay sacerdote Pedro, lo tenemos rodeados, esta acusado de asesinato de 14 creyentes en la década del 2000, entréguese y nadie saldrá lastimado”. En ese momento escuchaste por primera vez de que se le imputaba a aquel desconocido quien profesaba ser inocente.
Tu algo aliviado te pensaste salvado, y comenzaste a gritar a toda voz, ¡auxilio aquí estoy!, pensabas que estabas fuera de peligro y que tu captor estaba lejos de tu casa. Tomaste un respiro y al botar la bocanada de aire, una puerta de la habitación rechino lentamente, una persona desconocida emergió de el, un jean una camisa y una gorra vestía esa persona, le dijiste ¡ayúdame aquí esta ese asesino que buscan!, pero al acercarse a ti, lo reconociste inmediatamente.
Aquel hombre se lleno de cólera, reprochándote, ¡aun no me crees! Con todo lo que te he dicho, como hago para comprobarte que soy inocente. Tu le comentaste ¡no lo sé! No se a quien creerle, solamente quiero ser libre, en ese preciso momento entendiste el significado de la libertad.
Mientras en el fondo se escuchaban las continuas indicaciones del detective que hablaba intermitentemente por el parlante. Te sentiste inseguro, creyéndote la decimo quinta victima de aquel supuesto asesino, mientras las palabras de aquellos dos desconocidos retumbaban en tu cabeza. Por un lado un supuesto sacerdote asegurando su inocencia y por otro un detective alegando que este era un asesino en serie muy peligroso.
Por unos segundos hiciste caso omiso a las palabras de aquellos personajes, cerraste tus ojos y te afanaste a pedirle a dios que salieras de esta sin consecuencias.
Al abrir los ojos tu captor no estaba, te tiraste de la silla y arrastraste hacia la puerta abierta de aquella habitación, lograste conseguir un viejo cuchillo en la cocina, apostado en un cajón, con el cual desataste la cuerda que te hacia preso del pedazo de madera, al estar libre, corriste hacia la puerta delantera de la casa siguiendo el ruido que emitían las sirenas de la policía. Gritando ¡No disparen! ¡No disparen! ¡El asesino esta en mi casa! Al tiempo que el cuerpo policial volteaba 180 grados al unísono hacia ti.
Al pasar la media noche estabas en la sala de interrogación en frente de mi, “Soy el detective Roger, dígame donde esta el sacerdote Pedro” – Indiqué. Y tras largas horas de interrogación, y dándonos tu declaración fuiste dejado en libertad.
Pasaron varias semanas y no se sabia el paradero del Sacerdote Pedro, y aquella iglesia donde el predicaba, ya era heredada por un joven sacerdote. La comunidad estaba consternada por los hechos que se le imputaban al religioso y pocas eran las personas que pisaban la iglesia, siendo visitada por ti un sábado, quizá con la convicción de que te encontrarías con este. Pero no fue así.
Al día siguiente en la mañana te levantas a buscar tu correo. Te diriges a la sala con dos decenas de cartas, cosas comunes, publicidad, deudas entre otros pero el contenido de las ultimas 15 cartas se saldrían de la realidad, en ese momento todo se develaría. Pero en la última carta, 3 sencillas palabras se asentaban en aquella hoja blanca. “AHORA SIGUES TU”
Pues aquí comienza este recorrido, tú querido lector, una simple persona común y corriente, frente a un sacerdote quien alega ser inocente de asesinar a 14 creyentes entre los años 2000 al 2010. Y tú te preguntaras ¿como llegue yo a estar frente a esta persona?, pues fácilmente.
Te encontrabas solo en tu casa, un viernes pasadas las siete de la noche, cuando bajabas a la cocina a tomar un sorbo de agua, y al encender la luz, asoma el reflejo de una persona detrás de la cortina, llevaba una sotana negra, doblaba tu altura, su cara expresaba cansancio y el sudor robada por su frente, te pareció haberlo visto antes, quizá en un matrimonio o bautizo familiar, éste se abalanzo sobre ti, arrodillándose y jadeando, pidió que lo ayudaras, tú receloso, diste un par de pasos atrás y pusiste tus dos manos al frente como creando una barrera impenetrable, al mismo tiempo dándote cuenta lo desprotegido que estabas.
Algo sofocado, gritaste ¿Quién eres?. El respondió con continuos, ¿ayuda, ayuda, necesito tu ayuda por el amor de dios?.En ese momento ¿que hubieras hecho?.Pues se te ocurrió la brillante idea de ayudarlo. Con cierta desconfianza le indicaste que se mantuviera lejos y que le explicases que estaba pasando.
El dijo, ¡estoy siendo perseguido por la policía, hay una equivocación, me confunden con otra persona!. Y hay te siguió engatusando con sus palabras. Par de minutos mas tarde llamaste a tu abogado para ayudar a aquella persona, en ese momento caes en conciencia y algo desconcertado, decides llamar a la policía, acción que no fue bien vista por aquel hombre, quien se lanzo sobre ti quitándote el teléfono de la mano, y tras un largo forcejeo y numerosos gritos, logro amarrarte a una silla, te llevo al estudio de la casa, apago la luz y cerro el par de puertas que poseía aquel cubículo. He hay tu frente a frente con él.
En ese momento el silencio se vio aturdido por las palabras de ese desconocido, te susurro al oído, ¡tenía que hacerlo, era la única forma la cual me creyeras, yo no soy un asesino como ellos dicen, tienes que creerme solo soy un servidor de dios, yo no quiero hacerte daño, necesito irme de aquí, algo de dinero, quizá otras ropas, y salir de esta ciudad hasta que todo se aclare y se pueda develar la verdad!.
Terminado de escuchar aquellas palabras, el hombre salió de la habitación, cerrando la puerta a su paso, y se dirigió a buscar algo de dinero y cambiarse de vestimenta, unos minutos pasaron hasta que las sirenas comenzaron a retumbar a lo lejos cada vez mas cerca. Estancándose en un lugar de la calle. Un parlante difundió una voz algo seca. “Soy el Detective Roger, salga de hay sacerdote Pedro, lo tenemos rodeados, esta acusado de asesinato de 14 creyentes en la década del 2000, entréguese y nadie saldrá lastimado”. En ese momento escuchaste por primera vez de que se le imputaba a aquel desconocido quien profesaba ser inocente.
Tu algo aliviado te pensaste salvado, y comenzaste a gritar a toda voz, ¡auxilio aquí estoy!, pensabas que estabas fuera de peligro y que tu captor estaba lejos de tu casa. Tomaste un respiro y al botar la bocanada de aire, una puerta de la habitación rechino lentamente, una persona desconocida emergió de el, un jean una camisa y una gorra vestía esa persona, le dijiste ¡ayúdame aquí esta ese asesino que buscan!, pero al acercarse a ti, lo reconociste inmediatamente.
Aquel hombre se lleno de cólera, reprochándote, ¡aun no me crees! Con todo lo que te he dicho, como hago para comprobarte que soy inocente. Tu le comentaste ¡no lo sé! No se a quien creerle, solamente quiero ser libre, en ese preciso momento entendiste el significado de la libertad.
Mientras en el fondo se escuchaban las continuas indicaciones del detective que hablaba intermitentemente por el parlante. Te sentiste inseguro, creyéndote la decimo quinta victima de aquel supuesto asesino, mientras las palabras de aquellos dos desconocidos retumbaban en tu cabeza. Por un lado un supuesto sacerdote asegurando su inocencia y por otro un detective alegando que este era un asesino en serie muy peligroso.
Por unos segundos hiciste caso omiso a las palabras de aquellos personajes, cerraste tus ojos y te afanaste a pedirle a dios que salieras de esta sin consecuencias.
Al abrir los ojos tu captor no estaba, te tiraste de la silla y arrastraste hacia la puerta abierta de aquella habitación, lograste conseguir un viejo cuchillo en la cocina, apostado en un cajón, con el cual desataste la cuerda que te hacia preso del pedazo de madera, al estar libre, corriste hacia la puerta delantera de la casa siguiendo el ruido que emitían las sirenas de la policía. Gritando ¡No disparen! ¡No disparen! ¡El asesino esta en mi casa! Al tiempo que el cuerpo policial volteaba 180 grados al unísono hacia ti.
Al pasar la media noche estabas en la sala de interrogación en frente de mi, “Soy el detective Roger, dígame donde esta el sacerdote Pedro” – Indiqué. Y tras largas horas de interrogación, y dándonos tu declaración fuiste dejado en libertad.
Pasaron varias semanas y no se sabia el paradero del Sacerdote Pedro, y aquella iglesia donde el predicaba, ya era heredada por un joven sacerdote. La comunidad estaba consternada por los hechos que se le imputaban al religioso y pocas eran las personas que pisaban la iglesia, siendo visitada por ti un sábado, quizá con la convicción de que te encontrarías con este. Pero no fue así.
Al día siguiente en la mañana te levantas a buscar tu correo. Te diriges a la sala con dos decenas de cartas, cosas comunes, publicidad, deudas entre otros pero el contenido de las ultimas 15 cartas se saldrían de la realidad, en ese momento todo se develaría. Pero en la última carta, 3 sencillas palabras se asentaban en aquella hoja blanca. “AHORA SIGUES TU”
viernes, 14 de mayo de 2010
Un sueño Profundo
Esta es la verdadera historia de Jae Kim, una chica veinteañera quien paso los mejores años de su vida, por las pasarelas mas prestigiosas del mundo, en las portadas de revistas Vogue, Fashion y Cosmopolitan siendo imagen de campañas publicitarias de Armani, Tommy Hilfiger, Dolce and Gabbana y Versase, sumando una cuantiosa fortuna en los años 90, dando de que hablar en la farándula internacional, por su extraña forma de vivir, poco ostentosa y muy humanitaria, recabando fondos para sus numerosas obras benéficas, alejada de las cámaras de los paparazis, quienes vigilaban sus pasos, tanto en pasarela como fuera de ella.
Una coreana exótica, 1,80 mts de altura, con un cuerpo de moldura de sirena, piel bronceada y cabello liso oscuro como firmamento, con unos ojos perlados que te hechizaban, su forma de caminar algo particular dejaba una estela de esplendor en la pasarela, los flashes saltaban sobre ella, como fuegos artificiales en alguna fiesta patronal, todo aquello frenado por sus problemas de bulimia, sus fracasos en el amor, y adicción a los antidepresivos.
Viajaba para todas partes del mundo de un lugar a otro a veces el mismo día, sus cambios de horario estaban haciendo estragos con su sueño, su única amiga la asistente personal y confidente Elisa era la única en quien confiar, se sentía sola y explotada.
Queriendo un cambio a su vida, decidió planificar unas vacaciones por la India, dirigiéndose en su avión privado, para terminar su recorrido de cuantiosos kilómetros al llegar al Aeropuerto Internacional Chhatrapati Shivaji, continuo su camino en un jeep hacia su destino, llegando a su punto de encuentro, tras 2 horas de viaje pasando el puente sobre un rio, se detuvo el Jeep inesperadamente. Jae, Elisa, un guía y el chofer, se encontraban en aquel vehículo, un ambiente de extrañeza dominaba el lugar , ocasión donde el chofer indica a Jae bajar del vehículo, apuntando con un arma, ella sorprendida sale de el si negarse, mirando de reojo a Elisa quien permanece en el vehículo inexpresiva, al borde del puente, el chofer apuntando a la frente de la modelo, dice unas palabras que no logro entender, pero su rostro expreso todo, y al instante donde Jae se lanza al rio el chofer lanzo un disparo a su humanidad, callendo al agua y siendo arrastrada rio abajo.
Dos décadas después en un hospital de India, Un doctor Italiano, recién llegado, valora a los pacientes comatosos, conociendo a la paciente mas antigua, acostada en la cama 7, de facciones asiáticas, al leer la historia clínica, se da cuenta que se desconocen la mayoría de los datos, su nombre, su edad, su procedencia, explicando su evolución a lo largo de todos estos años, sin mejoría, sumida en un sueño profundo.
Al terminar su recorrido y volver a toparse con la cama 7, sus ojos se dirigen a la paciente y vuelve a mirar la cicatriz en su cara y la gordura que la acompaña.
Una coreana exótica, 1,80 mts de altura, con un cuerpo de moldura de sirena, piel bronceada y cabello liso oscuro como firmamento, con unos ojos perlados que te hechizaban, su forma de caminar algo particular dejaba una estela de esplendor en la pasarela, los flashes saltaban sobre ella, como fuegos artificiales en alguna fiesta patronal, todo aquello frenado por sus problemas de bulimia, sus fracasos en el amor, y adicción a los antidepresivos.
Viajaba para todas partes del mundo de un lugar a otro a veces el mismo día, sus cambios de horario estaban haciendo estragos con su sueño, su única amiga la asistente personal y confidente Elisa era la única en quien confiar, se sentía sola y explotada.
Queriendo un cambio a su vida, decidió planificar unas vacaciones por la India, dirigiéndose en su avión privado, para terminar su recorrido de cuantiosos kilómetros al llegar al Aeropuerto Internacional Chhatrapati Shivaji, continuo su camino en un jeep hacia su destino, llegando a su punto de encuentro, tras 2 horas de viaje pasando el puente sobre un rio, se detuvo el Jeep inesperadamente. Jae, Elisa, un guía y el chofer, se encontraban en aquel vehículo, un ambiente de extrañeza dominaba el lugar , ocasión donde el chofer indica a Jae bajar del vehículo, apuntando con un arma, ella sorprendida sale de el si negarse, mirando de reojo a Elisa quien permanece en el vehículo inexpresiva, al borde del puente, el chofer apuntando a la frente de la modelo, dice unas palabras que no logro entender, pero su rostro expreso todo, y al instante donde Jae se lanza al rio el chofer lanzo un disparo a su humanidad, callendo al agua y siendo arrastrada rio abajo.
Dos décadas después en un hospital de India, Un doctor Italiano, recién llegado, valora a los pacientes comatosos, conociendo a la paciente mas antigua, acostada en la cama 7, de facciones asiáticas, al leer la historia clínica, se da cuenta que se desconocen la mayoría de los datos, su nombre, su edad, su procedencia, explicando su evolución a lo largo de todos estos años, sin mejoría, sumida en un sueño profundo.
Al terminar su recorrido y volver a toparse con la cama 7, sus ojos se dirigen a la paciente y vuelve a mirar la cicatriz en su cara y la gordura que la acompaña.
jueves, 13 de mayo de 2010
La ignorancia de la vida
En los pasillos del colegio San Pedro, se pasean los niños de un lugar a otro, con el sonar de la campana, que les indica el inicio del recreo, la mayoría va al parque a jugar, otros a desayunar en el poco variado cafetín, pero nadie como Albert, quien prefería dirigirse a un lugar alejado y solitario donde leer un buen libro, “El Don de la Vida” es el que paseaban sus ojos en esos momentos, de un autor anónimo.
Al dirigirse a su lugar secreto, caminando y con su libro en la mano, miraba sobre su hombro y veía como los niños se desenvolvían, alegres, saltando y gritando, compartiendo con los demás y se daba cuenta de que era diferente, prefería estar solo, ocupado en sus cosas. Pasos después, escucho a los pájaros silbando, quizá de la alegría o simplemente como forma de comunicación, mas adelante diviso un árbol repleto de manzanas, expresando el mes de su esplendor y al momento donde desligaba la mirada, volvió hacia aquel árbol en el momento donde una fruta caía hacia el vacio, varios rebotes resonaron en el suelo, se dirigió hacia aquel fruto y lo recogió, limpio un poco con su camisa y lo dirigió a su boca, continuo con su camino, al llegar a un pequeño montículo , se sentó en un viejo tronco abandonado en aquel lugar escolar, abrió su viejo y deshilachado libro y comenzó a leer.
Minutos pasaron hasta que uno de sus compañeros de clase, le gritaba que era el final del receso, sin mucho animo se paro de aquel tronco y enrumbó su paso hacia el salón de clase, poco a poco y sin mucha prisa, era algo despistado, solía no mirar al piso, simplemente caminando y admirando la naturaleza, en el momento donde observó el incendio de una montaña a lo lejos, acto que repulsó al instante, tropezó torpemente, con una pequeña roca apostada en el camino, cayó al suelo, su libro salió volando, deshojándose a su paso y esparciéndose por todo el lugar , mientras una oleada de aire sacudió el sitio, viendo impotente como las hojas de su viejo libro, se desaparecían mágicamente en pocos segundos, muy probablemente siendo su parada final aquella montaña ardiente. Solo quedó en sus manos la cobertura del libro, situación que se vio empañada al darse cuenta que sangraba su rodilla, y su pantalón azul estaba roto, sintió dolor, pero no supo descifrar si le dolía mas la herida en su rodilla, o perder aquel instrumento de lectura heredado de su abuelo…
Ya un poco repuesto y en el salón de clase, su profesor de cuarto grado, un señor de grandes gafas negras, obeso y con el sudor corriendo por su frente, dirigía al grupo explicando biología, luego de explicar la teoría de evolución de Darwin, preguntó en voz algo ronca, consecuencia de su habito al tabaco.
- ¿alguien tiene una pregunta?
Momento sumido por el silencio, pregunta realizada por costumbre, sabiendo que nadie respondería, pero al final del salón, sentado en el ultimo pupitre, una mano se asomaba al aire, el profesor mando a parar al niño, y éste le lanzo una ronda de preguntas que lo dejo anonadado.
-¿De donde venimos? ¿Realmente existimos? ¿Cuándo comenzó todo? ¿esas teorías se pueden comprobar? ¿Por qué estamos aquí?...
Al dirigirse a su lugar secreto, caminando y con su libro en la mano, miraba sobre su hombro y veía como los niños se desenvolvían, alegres, saltando y gritando, compartiendo con los demás y se daba cuenta de que era diferente, prefería estar solo, ocupado en sus cosas. Pasos después, escucho a los pájaros silbando, quizá de la alegría o simplemente como forma de comunicación, mas adelante diviso un árbol repleto de manzanas, expresando el mes de su esplendor y al momento donde desligaba la mirada, volvió hacia aquel árbol en el momento donde una fruta caía hacia el vacio, varios rebotes resonaron en el suelo, se dirigió hacia aquel fruto y lo recogió, limpio un poco con su camisa y lo dirigió a su boca, continuo con su camino, al llegar a un pequeño montículo , se sentó en un viejo tronco abandonado en aquel lugar escolar, abrió su viejo y deshilachado libro y comenzó a leer.
Minutos pasaron hasta que uno de sus compañeros de clase, le gritaba que era el final del receso, sin mucho animo se paro de aquel tronco y enrumbó su paso hacia el salón de clase, poco a poco y sin mucha prisa, era algo despistado, solía no mirar al piso, simplemente caminando y admirando la naturaleza, en el momento donde observó el incendio de una montaña a lo lejos, acto que repulsó al instante, tropezó torpemente, con una pequeña roca apostada en el camino, cayó al suelo, su libro salió volando, deshojándose a su paso y esparciéndose por todo el lugar , mientras una oleada de aire sacudió el sitio, viendo impotente como las hojas de su viejo libro, se desaparecían mágicamente en pocos segundos, muy probablemente siendo su parada final aquella montaña ardiente. Solo quedó en sus manos la cobertura del libro, situación que se vio empañada al darse cuenta que sangraba su rodilla, y su pantalón azul estaba roto, sintió dolor, pero no supo descifrar si le dolía mas la herida en su rodilla, o perder aquel instrumento de lectura heredado de su abuelo…
Ya un poco repuesto y en el salón de clase, su profesor de cuarto grado, un señor de grandes gafas negras, obeso y con el sudor corriendo por su frente, dirigía al grupo explicando biología, luego de explicar la teoría de evolución de Darwin, preguntó en voz algo ronca, consecuencia de su habito al tabaco.
- ¿alguien tiene una pregunta?
Momento sumido por el silencio, pregunta realizada por costumbre, sabiendo que nadie respondería, pero al final del salón, sentado en el ultimo pupitre, una mano se asomaba al aire, el profesor mando a parar al niño, y éste le lanzo una ronda de preguntas que lo dejo anonadado.
-¿De donde venimos? ¿Realmente existimos? ¿Cuándo comenzó todo? ¿esas teorías se pueden comprobar? ¿Por qué estamos aquí?...
domingo, 9 de mayo de 2010
EL MINUTO INFINITO
Las horas pasan, los días pasan
y el tiempo sigue siendo el mismo
Cosas cambian, el mundo se mueve
el pasado se marchita,
Renace el día a día,
para bien o para mal, se continua.
El minuto eterno, el tictac del reloj
Pero todo tiene un inicio y un fin
lo divertido, el desarrollo
Como cuando naces como cuando mueres
dos momentos nulos.
En el desarrollo entre esos periodos
empieza la diversión
Has que esos minutos valgan la pena,
o lamentaras tu frustración.
Einstein tenia razón,
con su relatividad
Pero somos un montón,
en esta inmensidad
Que lucha por felicidad
en el tiempo espacio,
Tendidos en la fragilidad
que no tiene horario
La belleza de la vida
se ilumina día a día,
Cuando sana una herida
cuando sigues una vía
Esa vía, hecha por ti mismo
te dirige hacia la meta,
Y te alejas del abismo
sin dar muchas vueltas
Estas arriba, estas abajo
no importa donde estés,
Camina adelante, sin atajos
y podrás continuar sin estrés
Cree en ti, no en los demás
no te importe lo que piensen,
que te impiden avanzar
Cree solo en aquellas personas
especiales e importantes para ti,
Ya que son las únicas
que quieren lo mejor en ti
Algunos piensan en el futuro
otros en el pasado,
Lo que no se dan cuenta
es que se han estancado
Concéntrate en pensar
que harás ahora,
Y así cosechar
lo que añoras.
Tu Dios nos dio la vida para disfrutarla
hagamos eso, para que amargarse,
Vivamos la vida, aprendamos a amarla
no hagas que la vida empiece a esfumarse.
EL EQUILIBRIO DEL DESEQUILIBRIO
El yo es un ser complejo, inentendible, dentro de toda su existencia, adaptado a un entorno catastrófico, creado por la naturaleza creativa del entendimiento subjetivo del conocimiento, en donde fluye un caudal de esperanza, que añora tener sentido, en un realidad irreal, abarrotada de hechos incognitos, en donde la clandestinidad se hace amiga de la vergüenza y la razón se hace esclava de las ideas.
Cual ente infinito e indescriptible, que por siglos ha fallado su objetivo y se ha esfumado en la carrera del tiempo que por tener un límite, acarrea que la flor se marchite.
Cualidad vana que se nos dio y desperdiciamos en decadencia por conciencia de la experiencia hace que la inconsciencia se convierta en un golpe a la decencia, para que la inmensidad de la nada se haga cargo de la inteligencia, que gobierna nuestras mentes, saboreando el desdén de los errores impartidos en los hechos que nunca fueron realizados por los seres que si estuvieron en aquel festín de sabiduría, que en el fondo no entendían y que de por si los consumían, donde al final del túnel de la esclavitud, supieron retar la espontaneidad de la sonrisa, dando lugar al sabor prohibido de la satisfacción, pero al cabo de un sueño, se sumergen en una cueva de cemento, aplastados por si mismos en la idiotez de los recuerdos, donde sale a flote la inmensidad de la vida y la existencia y se valora la belleza de la naturaleza.
Cual ente infinito e indescriptible, que por siglos ha fallado su objetivo y se ha esfumado en la carrera del tiempo que por tener un límite, acarrea que la flor se marchite.
Cualidad vana que se nos dio y desperdiciamos en decadencia por conciencia de la experiencia hace que la inconsciencia se convierta en un golpe a la decencia, para que la inmensidad de la nada se haga cargo de la inteligencia, que gobierna nuestras mentes, saboreando el desdén de los errores impartidos en los hechos que nunca fueron realizados por los seres que si estuvieron en aquel festín de sabiduría, que en el fondo no entendían y que de por si los consumían, donde al final del túnel de la esclavitud, supieron retar la espontaneidad de la sonrisa, dando lugar al sabor prohibido de la satisfacción, pero al cabo de un sueño, se sumergen en una cueva de cemento, aplastados por si mismos en la idiotez de los recuerdos, donde sale a flote la inmensidad de la vida y la existencia y se valora la belleza de la naturaleza.
sábado, 1 de mayo de 2010
El niño Prodigio
En las frías calles de París, por la noche, una peculiar pareja pasea desde un bar de la ciudad hasta su casa, padre e hijo, con un objeto planteado, ganar dinero y hacerse famosos, con el gran don musical del niño prodigio, lo llamaban el joven Mozart, una habilidad innata que desde las primeras etapas de su vida, y a sus escasos 7 años, Patrick Frederick, se convirtió, en un maestro de la música. Nacido de una familia pobre, se ha visto a la tarea de tocar su repertorio en un bar de la ciudad, la cual a ganado fama de la noche a la mañana, desde que se corrió la voz de las presentaciones del artista escolar, varios meses atrás, desde que se conociera una enfermedad a su madre, Patrick se vio en la necesidad de ayudar a los gastos del costoso tratamiento de su progenitora, dando funciones a altas horas de la noche, por unas cuantos euros, las noches se hacían largas y los días grises. Su padre había conseguido ese lugar tras un anuncio en el periódico Le Monde, y luego de par de conversaciones con el dueño del local, decidieron el acuerdo.
La fama subía como la espuma, tal era esta que había asistido a varios programas de radio y television meses posteriores. El muchacho dominaba las teclas del piano, como si formara parte de su sistema nervioso, tocaba el saxofon como si sus pulmones emitieran sonidos por si solos, y la intensidad con la que esparcía el sonido dejado atrás por las cuerdas de su violín , se introducía en tus oídos de manera sutil y armónica, sintiéndote en un ambiente celestial, era un músico polifacetico, dominaba a la perfeccion obras clasicas, contemporaneas y modernas, ademas de ello autor de varias obras, pero todo aquello se entrelazaba con su deseo de vivir una vida normal, de poder tener amigos, de jugar con los niños, de no tener responsabilidades y de estudiar. Y aquellos trasnochos y desveladas comenzaban a pesar, en su corta vida, su padre algo perfeccionista y exigente, reprochaba sus escasos errores en el escenario, e indicaba la necesidad de hacerlo mejor.
Al pasar los meses su madre ya lucia recuperada, pero el cansancio y agotamiento físico y mental del joven Patrick se acumulaban, y comenzaba a hacerse preguntas. - ¿por que yo tengo que ser el sostén de la familia?, ¿por que debo sacrificarme?, -¡soy solo un niño, y quiero satisfacer mis sueños!.
Ya la pasión y el amor por la música habían pasado a un segundo plano, los trasnochos, gritos y exigencias de su padre comenzaban a obstinar al chico, una noche toco la 5ta Sinfonia Allegro Con Brio de Ludwig van Beethoven a la perfección, y su padre lo reprimió sin excusa, y ya que el joven Patrick era muy callado, su furia solo drenaba a través de su música, y esta se sentía, en la pasión con que expresaba su agonía en los sonidos que emitían aquellos instrumentos musicales en manos de el prodigio.
Aquella noche turbia del 25 de agosto, y dirigiéndose a la alcoba de su hijo para buscarlo para la presentación de su recital en el Teatro Mogador, frente a 1800 personas, el Señor Frederick, fue a llevarle un regalo a su pequeño, un esmoquin negro de alta costura, para que su bebe, luciera a la altura del espectáculo, sorpresa tal, que al entrar al cuarto, estaba una nota en la cama del joven, con una simple pero triste palabra. - ¡adiós!.
Años después se le vio al joven Patrick graduarse en la Universidad de Oxford y presentandose a finales del mes 8, frente a 2.900 personas, en el Royal Festival Hall dirigiendo la Filarmónica de Londres con tan solo 17 años.
La fama subía como la espuma, tal era esta que había asistido a varios programas de radio y television meses posteriores. El muchacho dominaba las teclas del piano, como si formara parte de su sistema nervioso, tocaba el saxofon como si sus pulmones emitieran sonidos por si solos, y la intensidad con la que esparcía el sonido dejado atrás por las cuerdas de su violín , se introducía en tus oídos de manera sutil y armónica, sintiéndote en un ambiente celestial, era un músico polifacetico, dominaba a la perfeccion obras clasicas, contemporaneas y modernas, ademas de ello autor de varias obras, pero todo aquello se entrelazaba con su deseo de vivir una vida normal, de poder tener amigos, de jugar con los niños, de no tener responsabilidades y de estudiar. Y aquellos trasnochos y desveladas comenzaban a pesar, en su corta vida, su padre algo perfeccionista y exigente, reprochaba sus escasos errores en el escenario, e indicaba la necesidad de hacerlo mejor.
Al pasar los meses su madre ya lucia recuperada, pero el cansancio y agotamiento físico y mental del joven Patrick se acumulaban, y comenzaba a hacerse preguntas. - ¿por que yo tengo que ser el sostén de la familia?, ¿por que debo sacrificarme?, -¡soy solo un niño, y quiero satisfacer mis sueños!.
Ya la pasión y el amor por la música habían pasado a un segundo plano, los trasnochos, gritos y exigencias de su padre comenzaban a obstinar al chico, una noche toco la 5ta Sinfonia Allegro Con Brio de Ludwig van Beethoven a la perfección, y su padre lo reprimió sin excusa, y ya que el joven Patrick era muy callado, su furia solo drenaba a través de su música, y esta se sentía, en la pasión con que expresaba su agonía en los sonidos que emitían aquellos instrumentos musicales en manos de el prodigio.
Aquella noche turbia del 25 de agosto, y dirigiéndose a la alcoba de su hijo para buscarlo para la presentación de su recital en el Teatro Mogador, frente a 1800 personas, el Señor Frederick, fue a llevarle un regalo a su pequeño, un esmoquin negro de alta costura, para que su bebe, luciera a la altura del espectáculo, sorpresa tal, que al entrar al cuarto, estaba una nota en la cama del joven, con una simple pero triste palabra. - ¡adiós!.
Años después se le vio al joven Patrick graduarse en la Universidad de Oxford y presentandose a finales del mes 8, frente a 2.900 personas, en el Royal Festival Hall dirigiendo la Filarmónica de Londres con tan solo 17 años.
Narciso en Tinieblas
En las playas de la prestigiosa isla, en el Archipielago los Roques, el musculoso y bien parecido Alfonso, rondaba la costa en busca de lo que mas queria, las mujeres, ellas eran su especialidad, su trabajo, un salvavidas mas, este no distingia de razas, procedencias, ni edades, pero si en ciertas especificaciones, mujeres flacas y esbeltas dominaban su repertorio, a la semana podia ligar con 5 mujeres distintas, pero nada como su record del verano del 2008, 15 fue su marca, era un hombre del cual su mente estaba envuelta en banalidades como fiestas, gimnasio, su cuerpo y por supuesto, las mujeres, eran su unica forma de vida. No tenia intensiones de estudiar o superarse.
Su cuerpo era su fuente de trabajo, narciso al fin, un joven de caracteristicas trigueñas de 1,80 metros de altura, ojos marrones, cabello negro, un sarcillo de diamante en su oreja izquierda y un tatuaje de una serpiente en su espalda, hacian este personaje unico y reconocido por los pobladores de esta isla. Las mujeres no podian resistir sus encantos, su facilidad de crear empatia con ellas con sus palabras era algo asombroso, no habia hora en la cual Alfonso no perdiera la oportunidad de darle su tarjeta a una chica, para el era simple diversion algo natural. Una holandesa, una alemana, y par de argentinas habian acariciado sus sabanas blancas dias anteriores, siempre se las salia con las suyas, en fiestas, restaurantes, hoteles, iban por cuenta de aquellas desafortunadas mujeres, que ya por años habia pulido su don, todo esto se vio cegado por una noticia repentina recibida en el consultorio de la Doctora Perez. Portador de una enfermedad terminal, quiza como karma de sus lujuriosas aventuras, noticia que se esparcio por toda la comunidad, dejando a Alfonso en las tinieblas, sin amigos, sin mujeres sin animo. Su figura atletica se transformo, por el abandono de los esteroides que por años eran esclavos sus musculos. Se le veia quieto, sumido en una profunda tristeza, arrepentido...
Todavia se le puede ver en su casa, viviendo de las donaciones de sus pasadas mujeres adineradas, esperando su final, en aquella hamaca a orillas de la playa
Su cuerpo era su fuente de trabajo, narciso al fin, un joven de caracteristicas trigueñas de 1,80 metros de altura, ojos marrones, cabello negro, un sarcillo de diamante en su oreja izquierda y un tatuaje de una serpiente en su espalda, hacian este personaje unico y reconocido por los pobladores de esta isla. Las mujeres no podian resistir sus encantos, su facilidad de crear empatia con ellas con sus palabras era algo asombroso, no habia hora en la cual Alfonso no perdiera la oportunidad de darle su tarjeta a una chica, para el era simple diversion algo natural. Una holandesa, una alemana, y par de argentinas habian acariciado sus sabanas blancas dias anteriores, siempre se las salia con las suyas, en fiestas, restaurantes, hoteles, iban por cuenta de aquellas desafortunadas mujeres, que ya por años habia pulido su don, todo esto se vio cegado por una noticia repentina recibida en el consultorio de la Doctora Perez. Portador de una enfermedad terminal, quiza como karma de sus lujuriosas aventuras, noticia que se esparcio por toda la comunidad, dejando a Alfonso en las tinieblas, sin amigos, sin mujeres sin animo. Su figura atletica se transformo, por el abandono de los esteroides que por años eran esclavos sus musculos. Se le veia quieto, sumido en una profunda tristeza, arrepentido...
Todavia se le puede ver en su casa, viviendo de las donaciones de sus pasadas mujeres adineradas, esperando su final, en aquella hamaca a orillas de la playa
Suscribirse a:
Entradas (Atom)